jueves, 31 de diciembre de 2009

En ese lapso que llamamos 2010

Aunque solo seamos capaces de juzgar el tiempo de acuerdo con el calendario impuesto como canon en el mundo occidental, considero cortés y educado desear bondades y esperanzas en ese lapso que llamamos “2010”. Lo hago con todos: con el señor que nos vende las frutas; con la chica dulce que sonríe cada vez que le compro calabaza asada; con el señor del quiosco y con la nieta de mi vecina que grita, grita y grita todo el día.

Pero hoy, especialmente, lo hago contigo, mi amigo y amiga que has tenido la enorme gentileza de leer algunos de mis desahogos vitales en estas líneas, de apreciar pedacitos de mis miradas, y de compartir conmigo observaciones y comentarios que siempre derivan en nuevas reflexiones, brillantes e inspiradoras de mejores ideas. Gracias por su inteligencia, por la civilidad y por ser tan poderosamente humanos.

¡Feliz vida cada día!

1 comentario:

Inos dijo...

Felicidades al por mayor también para tí y los tuyos, mi estimada Ada.

¡Gatos y fruit punch! ;)