— Son las nueve y veinte —responde la mujer.
Cada vez que me pasan estas cosas (¡y de vez en cuando ocurre!) me acuerdo de Ionesco...
— Que si es usted Nora — no se da por vencido el hombre.
— Ah, no, perdone, soy Ada.
— Gracias por la hora...
No hay comentarios:
Publicar un comentario