Aunque solo seamos capaces de juzgar el tiempo de acuerdo con el calendario impuesto como canon en el mundo occidental, considero cortés y educado desear bondades y esperanzas en ese lapso que llamamos “2010”. Lo hago con todos: con el señor que nos vende las frutas; con la chica dulce que sonríe cada vez que le compro calabaza asada; con el señor del quiosco y con la nieta de mi vecina que grita, grita y grita todo el día.
Pero hoy, especialmente, lo hago contigo, mi amigo y amiga que has tenido la enorme gentileza de leer algunos de mis desahogos vitales en estas líneas, de apreciar pedacitos de mis miradas, y de compartir conmigo observaciones y comentarios que siempre derivan en nuevas reflexiones, brillantes e inspiradoras de mejores ideas. Gracias por su inteligencia, por la civilidad y por ser tan poderosamente humanos.
¡Feliz vida cada día!
1 comentario:
Felicidades al por mayor también para tí y los tuyos, mi estimada Ada.
¡Gatos y fruit punch! ;)
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